A pesar de que el diputado Humberto Prieto Herrera rechaza que haya división en la fracción de Morena por la designación de Úrsula Salazar Mojica como presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local (Jucopo), lo cierto es que en el palacio legislativo se cruzan apuestas entre legisladores y hasta en los mismos empleados acerca de: ¿cuánto tiempo durará en el cargo?
“La diputada Salazar Mojica carece de capacidad de negociación”, por lo que no podrá sacar adelante las reformas que se necesitan para impulsar el desarrollo de nuestra entidad”, coincidieron en señalar varios de sus compañeros de la fracción morenistas. Y agregaron: “tiene el apoyo de una camarilla que siempre busca el enfrentamiento en lugar del consenso”.
Consideran que hay otros con capacidad de dialogar y de negociación, como es el caso de Isidro Vargas Fernández, quien logró como presidente de la Comisión Permanente sacar adelante varios cambios durante el receso legislativo del Congreso Local.
También coincidieron en señalar que sí se trataba de designar a una diputada de Morena como presidenta de la Jucopo, hay otras con mejores trayectorias políticas que Salazar Mojica, como es el caso de las legisladoras recién incorporadas Consuelo Nayeli Lara Monroy y Leticia Sánchez Guillermo.
Incluso, recordaron que desde su designación como coordinadora de la fracción de Morena no logró el consenso de todo el grupo parlamentario, ya que carece de la capacidad de convocatoria y de negociación a fin de lograr los acuerdos necesarios para el quehacer legislativo.
Además, no debemos olvidar que la flamante presidenta de la Jucopo del Congreso Local tiene en curso una investigación por la presunta comisión del delito de cohecho cuando fungía como Jefa de Recursos Humanos y Finanzas del Conalep de Tampico.
Aunque Salazar Mojica ha dicho que la investigación no procedió por falta de pruebas, este escándalo la marcó para siempre que hasta el presidente López Obrador no quiso saber nada de ella a pesar de ser su sobrina.
El tabasqueño dijo que la conocía, incluso indicó que podría tener fotos con ella durante sus giras a Tamaulipas, pero que nunca ha tenido una relación estrecha con la hija de su prima hermana Úrsula Patricia Mojica Obrador.
Y hablando del presidente López Obrador, en la conferencia mañanera de ayer en Palacio Nacional aseveró que el virtual candidato del PT a la gubernatura de Coahuila, Ricardo Mejía Berdeja, ni siquiera le dijo adiós luego de renunciar como Subsecretario de Seguridad en la Secretaría de Gobernación (Segob), que encabeza su paisano Adán Augusto López Hernández.
Mejía Berdeja no se conformó con el resultado de la encuesta para decidir quién sería el candidato de Morena a la gubernatura de Coahuila, por lo que primero descalificó el método de selección porque él tenía “otros datos” de popularidad, pero lo cierto fue que el resultado a favor del senador Armando Guadiana Tijerina fue aplastante.
Ahora va como candidato del PT a pesar de que no tiene la mínima posibilidad de ganar la elección del próximo 4 de junio, sin embargo, lo que llama la atención fue que el aliado de siempre de Morena haya decidido entregarle la candidatura a la gubernatura de Coahuila.
Lógicamente que el eterno dirigente del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, logró una buena negociación tanto política como económica para salirse de la alianza “Juntos Haremos Historia” en Coahuila, puesto que “nunca da paso sin huarache”, como versa el viejo refrán popular.
En lugar de Mejía Berdeja, el presidente López Obrador designó al general Luis Rodríguez Bucio que estaba al frente de la Guardia Nacional, que ahora está a cargo del también general David Córdova Campos.
Por otra parte, pero sin dejar el tema de la Guardia Nacional, ahora sus elementos estarán hasta en los talleres del Metro de la Ciudad de México, luego de que ocurrió un nuevo “hecho atípico” que provocó la suspensión del servicio en la Línea 7 por más de tres horas.
Este nuevo “hecho atípico”, como dice la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue porque dos vagones de la Línea 7 se desprendieron porque la falta de tornillos, es decir no hay las refacciones necesarias para el mantenimiento adecuado del Metro.
Y ante esta realidad, las autoridades de la 4° Transformación creen que se trata de actos de sabotaje de los mismos trabajadores, pero lo cierto es que la falta de mantenimiento y de refacciones han propiciado que el Metro deje de funcionar adecuadamente, como sucedía en la época cuando su funcionamiento estaba en manos de los conservadores.
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