SpaceX experimentó un golpe inesperado al perder su Starship pocos minutos después de partir desde la región sur de Texas. El jueves por la tarde, el cohete, creado para examinar una nueva generación de satélites de prueba, se elevó con fuerza al inicio. Luego se produjo un momento inquietante.
Dan Huot, vocero de la compañía, admitió que se cortó toda comunicación con la nave en torno a los ocho minutos de vuelo, detonando la alarma en la misión.
Destellos anaranjados y una ruptura en el cielo
— Un video captado por Reuters sobre la capital haitiana exhibió destellos color naranja —. Esas imágenes, con estelas de humo en el horizonte, sugirieron un fallo que implicaba fragmentos esparciéndose en pleno cielo.
La noticia se difundió de inmediato. Expertos en el tema consideran que una fuga de oxígeno líquido habría elevado la presión interna más allá de los límites seguros. Esa brecha provocó la caída de la etapa superior, un inconveniente que rememoró sucesos anteriores en la compañía de Elon Musk.
Vuelos desviados y espacio aéreo bajo alerta
El tráfico aéreo sobre el Golfo de México experimentó alteraciones notables. Decenas de vuelos debieron ajustar sus rutas para eludir el espacio donde circulaban los restos del cohete. Las salidas desde aeropuertos de Miami y Fort Lauderdale sufrieron demoras de alrededor de 45 minutos, mientras la FAA gestionaba un perímetro de seguridad ampliado.
El organismo, según sus normas, restringe temporalmente zonas durante lanzamientos; sin embargo, reacciona con medidas adicionales cuando aparece una anomalía de gran magnitud.
Confianza inicial y declaración de Musk
Durante la transmisión de la misión, SpaceX mostraba confianza en la nueva versión del Starship, más alta que las anteriores y dotada de tanques reformados. El plan contemplaba un amerizaje controlado en el Océano Índico tras el despliegue de satélites de prueba.
Musk, quien suele aceptar riesgos, comentó en X que — “El espectáculo siempre está garantizado” —. Ese tono informal contrasta con la seriedad de las repercusiones y con la incertidumbre que invade a inversores y especialistas.
La investigación de la FAA como paso obligado
La FAA, que regula los vuelos comerciales y supervisa los lanzamientos privados, se prepara para una investigación exhaustiva.Cuando sucede un percance de este calibre, el cohete implicado queda momentáneamente en tierra hasta que se determine el motivo.
El registro de SpaceX exhibe diversas etapas de ensayo y error. Sin embargo, la regularidad en los lanzamientos y las continuas mejoras han consolidado a la compañía como líder en el sector, a pesar del escepticismo de ciertos sectores.
Consecuencias para el tráfico aéreo
El incidente ganó más importancia debido al impacto en el tráfico aéreo. Varios pasajeros reportaron cambios bruscos y esperas extendidas, sin comprender completamente el motivo inicial. — La prioridad es la seguridad — alertó la FAA al establecer la zona de exclusión, al tiempo que los controladores se esforzaban para prevenir peligros adicionales.
Al reiniciar las operaciones, las compañías aéreas se cuestionaban si este acontecimiento implicaría modificaciones en la normativa o evaluaciones más rigurosas en futuros experimentos espaciales.
Calendario ambicioso en riesgo
Elon Musk había planteado un calendario ambicioso que incluía realizar al menos doce pruebas de Starship este año. Ahora ese plan pende de un hilo. Cada contratiempo demanda correcciones profundas y validaciones técnicas que pueden consumir meses.
Además, las autoridades federales no emitirán nuevas licencias de vuelo hasta comprobar que no se repetirán condiciones peligrosas. SpaceX deberá equilibrar la celeridad que la caracteriza con el cumplimiento de estándares cada vez más rigurosos.
Análisis técnico y oportunidades de mejora
Algunos expertos perciben este suceso como una ocasión para robustecer la ingeniería del Starship. El procedimiento de investigación recolectará información de telemetría, componentes recuperados y informes acerca de la presión interna de los tanques.
Con estos datos, SpaceX tendrá la capacidad de rediseñar sistemas vitales y mejorar la estabilidad de la nave en fases avanzadas de vuelo. — Un error de este tipo puede propiciar mejoras significativas — propuso un exingeniero de la NASA, seguro de que la empresa continuará con su método iterativo.
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