En el fútbol de México, pocos momentos han despertado tanta intriga como el surgimiento de Gilberto Mora, un joven que a los 16 años, tres meses y 12 días, estableció un precedente al transformarse en el futbolista más joven en debutar con la Selección Mayor.
Su trayectoria no se limita a un suceso casual, ya que numerosos expertos indican que su carrera podría ser un componente esencial de la nueva generación de talentos nacionales.
Un debut histórico con el Tri Mayor
El impacto mediático alrededor de Gilberto Mora empezó cuando ingresó al terreno de juego vistiendo la camiseta de la Selección Mayor en un encuentro amistoso frente al Inter de Porto Alegre en este 2025. El estadio se llenó de aplausos desde que se anunció su nombre en la alineación inicial. Para sorpresa de muchos, Mora no mostró nerviosismo.
Al cabo de unos minutos, la tribuna comprendió que la nueva joya del futbol mexicano no sobresalía solo por la edad. Su manera de perfilarse al encarar rivales y su visión para soltar pases precisos confirmaron las palabras de quienes conocen su proceso formativo. Fue un debut tan sorpresivo como revelador.
Aunque su rostro mantiene rasgos infantiles, su talento se despliega con la madurez de un experimentado delantero que entiende la dinámica del juego. Para completar el panorama, se unió el respaldo de figuras consolidadas en el Tri, quienes, en lugar de verlo como un novato cualquiera, le ofrecieron cobijo y consejos.
Aquella noche, a los 16 años, tres meses y 12 días, “Morita” estampó su nombre en la historia de la Selección Mexicana. Su proyección se extiende con la mira puesta en las siguientes competencias oficiales, donde técnicos y directivos buscan darle un lugar estable en el equipo.
Orígenes en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
La cuna de Gilberto Mora fue el estado de Chiapas, donde nació y pasó sus primeros años. Su padre, de quien heredó el nombre y buena parte de sus dotes técnicos, formó parte de Jaguares durante gran parte de la década de los 2000. Incluso, protagonizó momentos imborrables para la afición al marcar un gol de tiro libre que salvó al equipo del descenso en 2003.
Entre balones y entrenamientos, el pequeño Gilberto empezó a dar señales de un talento inusual desde los cinco años. Gustavo Jiménez Narcía, su primer entrenador en fuerzas básicas, recuerda con detalle a aquel niño que se integró a la categoría más pequeña de Jaguares.
Según sus palabras, la visión de juego y la toma de decisiones de “Morita” lo distinguían desde muy temprana edad, algo poco común en infantes que apenas se inician en el futbol.
Gilberto Mora: El cambio a Tijuana y la consolidación
La aventura en Chiapas acabó cuando Jaguares de Liga MX desapareció en 2017. En aquel momento, la familia de Gilberto decidió mudarse a Tijuana, ya que su padre recibió una oportunidad para integrarse como entrenador en las fuerzas básicas de Xolos. El traslado supuso un nuevo escenario que, lejos de frenar el desarrollo del joven, lo impulsó.
La afición le tomó aprecio en tiempo récord, quizá por su personalidad afable o por la determinación que mostraba en cada balón disputado. Fuera de la cancha, quienes lo conocen coinciden en que se trata de un chico tranquilo, con una vida hogareña estable. Ese equilibrio se traslada a sus actuaciones, ya que no pierde la calma cuando la presión incrementa.
Rasgos técnicos y velocidad de otra dimensión
La complexión física de “Morita” le permite explotar dos virtudes destacadas: agilidad y capacidad de desequilibrio. Corre con ligereza y su centro de gravedad bajo le brinda ventaja al regatear adversarios de mayor envergadura.
Añade, además, una técnica depurada que, de acuerdo con Gustavo Jiménez, heredó en parte de su padre, junto a un toque distintivo que surge de su propia inventiva. Esa combinación de rapidez y clarividencia hace que se anticipe a las jugadas.
A su corta edad, sabe leer el momento para desprenderse del balón, filtrar pases o incluso tirar a gol con precisión. Mantiene el temple para no precipitarse, cualidad que enamora a los ojeadores europeos.
El respaldo de Juan Carlos Osorio
El entrenador de Xolos, Juan Carlos Osorio, quien también dirigió a México en el Mundial de Rusia 2018, fue uno de los principales responsables de que Gilberto Mora tuviera su oportunidad en la primera división antes de los 16 años. Osorio destacó la inteligencia táctica del juvenil, además de su espíritu disciplinado que pocos futbolistas muestran a esa edad.
Esa confianza cobró nuevos bríos cuando, desde el banquillo de Tijuana, Osorio no dudó en alinearlo en partidos de alta exigencia, argumentando que el joven no se amedrenta. Para el estratega colombiano, la mentalidad de “Morita” y su capacidad de resolver escenarios complejos pueden convertirlo en uno de los referentes del futbol mexicano en un lapso menor a dos años.
Gilberto Mora no se ha limitado a integrar la Selección Mayor. Su presencia ha sido constante en las categorías menores, con un registro superior a 30 partidos entre las sub 15, sub 16, sub 17 y sub 18. Se perfila ahora para ser capitán de la sub 18 que tendrá participación en el Mundial Sub 20 de Chile a finales de este año.
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