Hasta ahora, los agricultores y campesinos señalan que la Ley del Agua podría representar un retroceso y un agravio a quienes por años han tenido concesiones. Puesta en marcha, ocasionará una baja producción de granos como sorgo y maíz.
Lo que se conoce hasta ahora es que la reforma de la legislación busca quitar la concesión de agua cuando el titular muera, y le será negada los hijos, nietos o bisnietos.
Esto sin duda ha generado mucho descontento y preocupación en el sector agrario, lo cual se considera como una gestión que prioriza intereses distintos a las necesidades del campo. Se cree que con la aprobación de esta ley, la producción se verá afectada, y en consecuencia, las comunidades agrícolas van a recibir daños colaterales.
El primer impacto negativo que formula la Ley para los campesinos es que algunos productores ya no podrán heredar concesiones a otros familiares, lo que afectará a la producción. Aunado a esto, el sector ya ha sufrido algunos embates en cuanto a los precios, o la falta de créditos, lo que ha hecho que muchos vendan sus parcelas, y dejen de producir.
Rosalío Vega Alanís, quien es tesorero de módulo en el Distrito de Riego 026, en la zona norte de Tamaulipas, explicó que la medida tendrá un impacto muy negativo en los productores, y que cada vez más se está ajustando “el calcetín” para no producir.
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