Nuevo Léon.- Ante el creciente problema de sequía en el noreste del país, y no encontrar una solución clara sobre resolver el problema de la escasez del agua, sin duda Tamaulipas y Nuevo León deberían unir fuerzas para la inversión de una planta desaladora de agua instalada en costas tamaulipecas.
¿Pero qué es una planta desalinizadora?
Es una planta encargada de purificar el agua de mar a través de métodos implementados desde hace más de 50 años, en la que el agua es hervida para después ser procesada por unos filtros que eliminan la sal del agua.
Este proceso es muy caro, pero países como Israel y Estados Unidos llevan haciéndolo desde ya varios años, y tal es el caso de la planta instalada en San Diego, California, que suministra más de 14 mil litros de agua potable al día, para abastecer gran parte del agua que se consume en la ciudad, como universidades, zonas residenciales incluye albercas, etc.
¿Pero qué problemas conlleva una planta como esta?
Primero, una gran inversión, ya que no es nada económico hervir el agua a altas temperaturas, y lo menos agradable es el impacto ambiental, porque aproximadamente 100 litros de agua salada generan 4 kilos de sal, el cual no puede ser depositada en la tierra, sino que lo ideal es regresarla al mar para que el ciclo del agua regrese a su normalidad.
Sin embargo, está comprobado que realizar esta labor vuelve el agua aún más salada, por lo cual de realizarse esa práctica, debería liberarse mar adentro varios kilómetros, para evitar costas con altos niveles de sal.
El problema es que una planta de esta magnitud conlleva una inversión de entre 12,000 a 14,000 millones de dólares, cantidades que ambos estados no podrían financiar, por lo que esta alternativa aún está muy lejos de hacerse realidad.
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