La industria automotriz japonesa se encamina hacia un cambio radical. Honda, Nissan y Mitsubishi —tras largos meses de rumores desmentidos— han decidido unificar fuerzas y consolidar un nuevo conglomerado que planea debutar formalmente en 2026.
Esta movida revela una estrategia que busca asegurar la competitividad de las marcas frente a la acelerada expansión de fabricantes chinos y a la amenaza de inversiones externas que podrían modificar el mapa de la industria automotriz nipona.
Ninguna deseaba perder el control de su legado, aunque las presiones del mercado global estaban empujando hacia un frente común que hiciera posible desarrollar nuevas tecnologías, fortalecer la presencia en mercados clave y, sobre todo, proteger a Nissan de la oferta de Foxconn —el gigante taiwanés que fabrica el iPhone—.
El panorama global y la presión de China
El crecimiento de la industria china es innegable. Marcas que hace pocos años parecían relegadas a su propio mercado ahora se abren paso de manera contundente. La búsqueda de liderazgo en autos eléctricos, sistemas de conducción autónoma y tecnología de conectividad han obligado a más de un fabricante japonés a replantear sus estrategias.
— Ejecutivos y analistas han recalcado el valor de anticiparse a los próximos pasos de la competencia — El sector atraviesa un momento en el que los desarrollos tecnológicos requieren inversiones enormes y para Honda, Nissan y Mitsubishi la colaboración deja de ser una opción para convertirse en algo imprescindible.
La inesperada movida de Foxconn
Renault decidió vender una parte significativa de sus títulos en Nissan. Ese giro, que muchos veían como un intento de reorganizar sus finanzas, abrió la puerta a un invitado inesperado —Foxconn—. Durante semanas, se filtraron conversaciones que apuntaban a la entrada del gigante taiwanés a la mesa directiva de Nissan.
Sin embargo, Honda y otros accionistas de Nissan se movieron con rapidez para frenar la adquisición. El paso definitivo de esta historia fue la incorporación de Mitsubishi, que optó por sumarse al bloque para no quedarse rezagada en un mercado sumamente competitivo.
El rol protagónico de Honda
Honda dominará el directorio de la nueva sociedad conjunta. Bajo la dirección de Toshihiro Mibe, la empresa ha estado invirtiendo en desarrollos híbridos y eléctricos. Al asumir el liderazgo, Honda quiere imprimir una visión integral de movilidad que abarque no solo la producción de vehículos, también la conectividad, la investigación en inteligencia artificial y la exploración de mercados emergentes.
Nissan como eje tecnológico
Nissan, por su parte, aportará la experiencia adquirida durante décadas de investigación en sistemas eléctricos y plataformas compartidas. Makoto Uchida, CEO de la compañía, ha insistido en que, al unir las fortalezas de cada firma, se ofrecerá un valor único al mercado global.
Los planes de Nissan contemplan profundizar en la electrificación y en la conectividad de los autos para posicionarse como referente en vehículos para la vida diaria y también en modelos con mayor rendimiento.
Mitsubishi y su función transversal
La función que asume Honda, Nissan y Mitsubishi no se limita a una mera colaboración simbólica. Mitsubishi conoce bien los desafíos del mercado global y ha desarrollado sistemas híbridos y eléctricos con cierta solidez. Takao Kato, quien ocupa la presidencia y dirección general, afirmó que su aporte buscará acelerar la generación de sinergias.
El enfoque de Mitsubishi pasa por potenciar segmentos comerciales específicos y, a la vez, fortalecer su posicionamiento en regiones clave de Asia-Pacífico.
Lo que está en juego para la industria japonesa
La envergadura del anuncio no se limita a la esfera económica. Para Japón, es vital mantener estas marcas en manos locales. La adquisición de Nissan por Foxconn habría impulsado una reestructuración completa de la industria automovilística del país.
— Está en juego el orgullo industrial y el control tecnológico — La unificación aspira a que las marcas se mantengan vinculadas a la cultura empresarial japonesa, mientras se fomenta el crecimiento global. Este mensaje, que fusiona lo tradicional con lo contemporáneo, manifiesta la meta de enfrentar a competidores que poseen inversiones de multimillones en electromovilidad.
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