Ciudad Juárez, en el norte de México, ha sido testigo de una ola migratoria sin precedentes en este año 2023. De hecho, según organizaciones humanitarias, más de 100.000 migrantes han pasado por esta zona, provenientes de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Honduras, Guatemala y hasta de África. Su objetivo: entrar a Estados Unidos y cumplir el sueño americano. Pero, migrantes varados en Juárez al parecer se quedarán a pasar las fiestas en la ciudad.
La razón de esto, es que muchos de ellos se han encontrado con obstáculos y demoras en el proceso migratorio, lo que los ha obligado a permanecer en albergues de la ciudad, donde reciben alojamiento, comida y atención médica. Incluso, algunos llevan meses esperando su cita con las autoridades estadounidenses, otros acaban de llegar y se dirigen directamente a la frontera, donde intentan cruzar por la puerta 36, que conecta Juárez con El Paso.
Los migrantes varados en Juárez: Una Navidad lejos de casa
Para estas personas en situación de movilidad, la Navidad es una fecha especial, pero también dolorosa. Esto es porque, muchos extrañan a sus familias, sus tradiciones y su cultura. Otros, por su parte, se consuelan con la fe, la esperanza y la solidaridad que encuentran en los albergues, donde conviven con migrantes de diferentes nacionalidades y creencias.
Yesenia Roa Romero es una migrante venezolana que se aloja en el albergue El Buen Samaritano. Ella cuenta a la agencia EFE que recibió un gran regalo de Navidad anticipado, ya que el 7 de diciembre le asignaron su cita con el sistema migratorio de Estados Unidos para el 27 de este mes. Sin embargo, tendrá que pasar la Nochebuena lejos de su familia, en un albergue donde otros migrantes comparten su situación.
Ella añade que esta Nochebuena echa de menos las hallacas, el pan de jamón y sobre todo la clásica reunión de toda la noche en casa de la abuela. Por otra parte, Leticia Villalobos es una migrante mexicana del estado de Michoacán, que también pasará la Navidad en el albergue El Buen Samaritano. Ella dice que los niños y adultos recibieron algunos regalos por Navidad, lo cual es una forma de aliviar la tristeza de no estar con toda la familia, como solía ser otros años.
También, comenta que en el albergue conviven como una familia, aunque son de varias nacionalidades y de diferentes creencias.
Un mensaje de fe y esperanza
El pastor Juan Fierro, director del albergue donde se encuentran Yesenia y Leticia, dice que este año hay menos migrantes que otros para estas fechas. Por lo tanto, para celebrarlos, El Buen Samaritano preparó regalos para niños y adultos, comida china y tamales, y al terminar la cena, una película.
Él afirma que los albergues se encuentran entre el 40 y el 50 % de su ocupación, dado que los migrantes que están llegando se dirigen directo desde el tren hasta la puerta 36 de la frontera entre Juárez y El Paso, por donde han estado cruzando para iniciar su proceso migratorio.
Así, los migrantes que esperan cruzar a Estados Unidos desde Ciudad Juárez viven una Navidad diferente, marcada por la incertidumbre, la nostalgia y la solidaridad. Si bien, algunos tienen la cita cercana, otros no saben cuándo les llegará, pero todos comparten el sueño de una vida mejor en el país vecino.
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