Japon.- La tasa de natalidad en Japón ha alcanzado mínimos históricos, lo que ha llevado a Masako Mori, asesora especial del primer ministro, Fumio Kishida, a advertir que el país desaparecerá si no se toman medidas para contrarrestar esta tendencia. Mori señala que la disparidad entre el número de nacimientos y decesos causará un daño enorme a la sociedad y a la nueva generación.
La población ha descendido a 124,6 millones de habitantes, de los 128 millones contabilizados en 2008, y más del 29% de los japoneses superan los 65 años. Mori advierte que los niños que nacen ahora serán arrojados a una sociedad que se distorsiona, se encoge y pierde su capacidad de funcionamiento.
El colapso de la seguridad social y la economía son algunas de las consecuencias negativas que enfrentará la nación asiática. Además, si no se hace nada, el sistema de seguridad social se derrumbará, la fuerza industrial y económica disminuirá y no habrá suficientes reclutas para las Fuerzas de Autodefensa que protejan el país. Mori destaca la necesidad de abordar de forma integral las políticas de natalidad, financiera, comercial y de empoderamiento de la mujer.
Kishida aún no ha revelado su plan para aumentar la natalidad en su país, pero ha adelantado que incluirá el aumento de las ayudas a la infancia, la mejora de los servicios de guardería y la modificación de los estilos de trabajo.
Sin embargo, un grupo gubernamental de especialistas en igualdad de género ha criticado esta iniciativa, afirmando que se necesitan cambios estructurales para reducir la carga que supone para las mujeres la crianza de los hijos y facilitarles la reintegración al mercado laboral después de dar a luz.
En resumen, Japón enfrenta una situación demográfica preocupante, y es necesario tomar medidas urgentes y estructurales para evitar un colapso social y económico en el futuro.
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