Mientras la Secretaría de Salud Federal celebra que la entidad está libre de enfermedades como el Chikungunya y el Zika, el dengue sigue dando de qué hablar. Hasta la semana 12 de 2025, el estado registra 195 casos de esta enfermedad transmitida por mosquitos, y las autoridades ya están pidiendo a la población que no baje la guardia.
Dengue en números: lo que sabemos hasta ahora
Según el boletín epidemiológico, fechado al 23 de marzo, de los 195 casos de dengue en Tamaulipas, “118 casos no son graves, 73 casos de dengue son con signos de alarma y cuatro casos corresponden a dengue grave”. Aunque la mayoría no representan un peligro inmediato, esos cuatro casos graves mantienen a las autoridades alerta. El aumento de las temperaturas y la temporada de lluvias podrían complicar las cosas si no se toman medidas pronto.
Adiós a viejos temores, pero el mosquito sigue siendo el enemigo
Por el lado positivo, Tamaulipas puede presumir de estar libre de Chikungunya, Zika y fiebre del Nilo. “Tamaulipas, al igual que el resto del país, registra cero casos de estas enfermedades”, confirma el reporte oficial. Incluso el paludismo, otro mal transmitido por vectores, no ha hecho acto de presencia en la entidad. Sin embargo, el dengue sigue siendo un recordatorio de que los mosquitos no se rinden fácilmente.
¿Qué hacer? Consejos prácticos contra el dengue
La Secretaría de Salud no se queda de brazos cruzados y lanza un llamado claro a la ciudadanía: prevenir es la clave. “Recomienda a la comunidad tomar todas las precauciones y acudir a los hospitales y centros de salud en caso de tener síntomas del Dengue como dolor de cabeza, dolor de ojos, dolor muscular y de articulaciones o manchas rojas”, señala el comunicado. Además, insisten en no dejar agua estancada en casa: “No almacenar agua en condiciones insalubres y tapar los recipientes para evitar la proliferación del mosquito transmisor de la enfermedad”.
Un desafío que no termina
Aunque Tamaulipas ha logrado mantener a raya varias enfermedades, el dengue sigue siendo un reto. Con la llegada del calor, el riesgo crece, y tanto autoridades como ciudadanos tendrán que trabajar juntos para evitar que los números sigan subiendo. Por ahora, la entidad respira aliviada por la ausencia de otros males, pero el zumbido del mosquito sigue siendo una señal de alerta.
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