La relación entre México y Estados Unidos vuelve a estar bajo los reflectores. Esta vez, la secretaria de Seguridad Interna de EU, Kristi Noem, puso sobre la mesa una lista de prioridades que el presidente Donald Trump quiere ver en acción. En una entrevista con Fox News, tras su reunión del viernes con la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, Noem dejó claro que Washington busca resultados concretos, no solo palabras.
“Le entregué una lista de cosas que al Presidente Trump le encantaría ver (implementadas)”, dijo Noem al presentador Bret Baier. Entre los puntos clave están un mayor control en la frontera de México con Guatemala, revisiones más estrictas de mercancías aéreas y, lo que más ha llamado la atención, el intercambio de bases de datos biométricos. Todo esto, según la funcionaria, podría influir en las decisiones de Trump sobre los aranceles que México podría enfrentar.
Acciones, no promesas
Noem no se anduvo con rodeos. “El Presidente Trump es claro. No quiere que la gente siga sólo hablando. Él quiere ver acción, y (Sheinbaum) tiene la oportunidad de hacer algunas cosas sobre las que le daré un informe al Presidente y ver si podemos tratar con la situación de aranceles que puede estar enfrentando su gente”, afirmó. En otras palabras, el mensaje es directo: si México actúa, los aranceles podrían quedarse en pausa; si no, la presión económica podría aumentar.
Uno de los temas que más eco ha generado es la solicitud de compartir datos biométricos, como los de viajeros o migrantes que cruzan el país. “Le pedí específicamente que compartiera información biométrica con nosotros, y está dispuesta a discutirlo. Aunque en su país sería un poco controvertido, pero está haciendo un esfuerzo de buena fe”, señaló Noem. Esto abre un debate delicado en México, donde el manejo de datos personales es un asunto sensible y regulado.
¿Qué significa esto para México?
La visita de Noem y sus declaraciones llegan en un momento clave. La administración Trump ha mantenido la amenaza de aranceles como una herramienta para presionar a México en temas de seguridad fronteriza y combate al narcotráfico. Para Sheinbaum, este encuentro pone a prueba su capacidad de negociar sin ceder demasiado terreno. Por ahora, parece que hay disposición a dialogar, pero las acciones concretas que México esté dispuesto a tomar —y hasta dónde llegue esa “buena fe” que menciona Noem— serán clave para el próximo informe que la secretaria llevará a Trump.
El tema de los datos biométricos, en particular, podría generar polémica. Si bien Noem ve apertura en Sheinbaum, en México cualquier paso en esa dirección tendría que sortear leyes de protección de datos y el siempre presente discurso de soberanía. Mientras tanto, el reloj sigue corriendo, y la Casa Blanca espera resultados. ¿Podrá México encontrar un equilibrio entre cooperación y autonomía? Por ahora, la pelota está en la cancha de Sheinbaum.
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