La justicia no entiende de popularidad ni de seguidores en redes sociales, y este 24 de enero, una de las figuras más polémicas de las plataformas digitales, Fofo Márquez, fue finalmente declarado culpable por la tentativa de feminicidio en contra de una mujer identificada como Edith ‘N’. Continúa y conoce todos los detalles:
El camino hacia la condena
Es curioso cómo un incidente que comenzó con un altercado aparentemente trivial —un roce en el tráfico— terminó con un desenlace tan grave. Sin embargo, es necesario poner en contexto los detalles. Desde el mes de abril, Fofo Márquez estuvo en prisión preventiva, enfrentando acusaciones por un delito que podría haberle costado la vida a una persona.
El 22 de febrero de 2024, en las calles de Naucalpan, Estado de México, algo tan cotidiano como un malentendido entre conductores escaló rápidamente. Después de un pequeño choque con el espejo de su vehículo, Fofo no tardó en perder el control, primero verbalmente, y luego de manera física.
«Le dije ‘cuando vengas aquí, trata de meter tus espejos porque quedamos muy justitos’», explicó en ese momento, mientras la situación se descontrolaba. Los testigos dicen que la mujer involucrada intentó calmar la situación, pero la respuesta de Fofo no fue la más adecuada.
De acuerdo con las investigaciones, lo que siguió fue una agresión física brutal: un golpe que la dejó tendida en el suelo, con lesiones visibles, y —lo más grave— puso su vida en riesgo cuando cayó en medio de la vía, al paso de vehículos.
—¿Pero cómo llegamos hasta aquí?—, podrías preguntarte. El episodio fue grabado en video y, como suele suceder, las imágenes llegaron rápidamente a las redes sociales. Ese mismo 4 de abril, la detención de Fofo Márquez se hizo pública, un primer paso hacia lo que sería una sentencia que, aunque no esperada, sí necesaria.
La condena: un juicio de muchas capas
Este 24 de enero, finalmente, se dio el veredicto: Fofo fue hallado culpable de tentativa de feminicidio. Sin embargo, el juicio no estuvo exento de controversias. En noviembre, el influencer rechazó el procedimiento abreviado —un proceso que podría haber reducido la pena—, lo que dejó abierta la puerta a una resolución más larga y compleja.
¿Por qué lo hizo? ¿Pensaba acaso que podía manipular los hilos de la justicia? Lo cierto es que en su declaración pública durante la audiencia previa a la resolución final, se disculpó con la víctima, pero —y esto es clave— Edith considera que sus palabras no fueron sinceras.
Si algo ha quedado claro en este proceso, es que Fofo Márquez no logra percatarse del verdadero daño que causó. Y es aquí donde el verdadero interrogante comienza a formarse: ¿es suficiente una disculpa cuando la agresión fue tan brutal y tan potencialmente fatal?
¿Cuántos años pasará en la cárcel?
Lo que viene después es esencial. A pesar de que se ha demostrado la culpabilidad de Fofo, la interrogante que persiste es: ¿cuál será el castigo al que se enfrentará? El código penal del Estado de México dicta que el castigo máximo por intento de feminicidio es de 48 años de cárcel.
No obstante, el veredicto definitivo no se emitirá hasta el próximo 29 de enero, fecha en la que se llevará a cabo la audiencia en la que el magistrado establecerá la pena correspondiente. —¿Será esta la justicia que merece Edith?—, es la gran interrogante que surge en este momento.
La presión sobre el sistema judicial se incrementa. ¿Serán 48 años lo que realmente se necesita para enviar el mensaje claro de que la violencia de género no será tolerada, ni por quienes tienen una gran plataforma, ni por quienes se encuentran en cualquier otro lugar de la sociedad?
Las sombras de la agresión: más que un incidente
Este caso, al superar los sucesos actuales, permite percibir algo más profundo. Fofo Márquez no es una situación independiente. El influencer, con millones de seguidores, simboliza un fenómeno de gran envergadura: la trivialización de la violencia en las plataformas sociales.
Fofo, que en su apariencia de influenciador parecía llevar una vida de lujo y lujo, evidencia que, tras esa apariencia, se encuentra una persona con graves dificultades en el manejo emocional, en la regulación de impulsos y con una evidente indiferencia hacia el bienestar de los demás.
El proceso judicial, al fin y al cabo, está en su fase final, pero la conversación sobre la violencia de género —y sobre la influencia de las redes sociales en nuestra percepción de lo correcto y lo incorrecto— sigue abierta. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad. Y es que Fofo puede ser un reflejo de muchos otros, aquellos que creen que su popularidad les otorga un poder absoluto, sin consecuencias.
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