El ambiente en las calles de Caracas se tornó tenso una vez más. La líder opositora María Corina Machado, figura emblemática de Vente Venezuela (VV), intentó reivindicar el triunfo de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales de 2024, aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó ganador a Nicolás Maduro.
Todo ocurrió en un escenario marcado por gritos, consignas y un fervor ciudadano que desbordó las avenidas de la capital.
El trasfondo de la manifestación
Machado llevaba meses sin aparecer en público. Desde que el pasado 28 de agosto se presentara en una protesta similar —en defensa de la victoria atribuida a González Urrutia— había optado por la clandestinidad. El oficialismo la acusaba de generar inestabilidad, mientras que ella reiteraba que el verdadero resultado de las urnas apuntaba hacia la oposición.
Este jueves, su retorno a las calles no solo convocó a cientos de seguidores, también encendió las alarmas de las fuerzas de seguridad que monitorean cada paso de los líderes contrarios al gobierno. El partido Vente Venezuela denunció lo que consideró un acto de represión.
Según sus voceros, la interceptación contra la caravana de motociclistas que escoltaba a la dirigente fue violenta y contundente. —Efectivos del régimen dispararon contra las motos que la trasladaban—, lanzó una publicación difundida en la cuenta oficial de la agrupación política.
El mensaje encendió la polémica y motivó dudas en redes sociales acerca del paradero de la líder, mientras simpatizantes esperaban confirmaciones sobre su estado.
Una protesta bajo el lente internacional
Desde tempranas horas de la mañana, seguidores de María Corina Machado ocuparon diversas calles de Caracas para exigir claridad en los resultados electorales de 2024. El antichavista Edmundo González Urrutia mantiene su discurso de haber ganado los comicios, algo que no reconocen ni el Consejo Nacional Electoral ni el gobierno de Maduro.
La comunidad internacional ha observado con cautela las tensiones persistentes en Venezuela. Algunos organismos se han manifestado a favor de una auditoría a fondo de los comicios, mientras otros reconocen a Maduro. Esta dualidad complica la armonía política, y la reaparición de la líder opositora intensifica el sentimiento de incertidumbre.
Las pancartas que ondeaban sus seguidores mostraban mensajes de rechazo al actual mandatario. Banderas tricolor y retratos de González Urrutia se mezclaron entre vítores y consignas enfáticas.
La multitud escuchó con atención las declaraciones de Machado, quien se presentó sin mayor parafernalia, rodeada solo por un grupo reducido de seguridad y una columna de motociclistas que la acompañaban desde puntos variados de la ciudad.
El momento de la detención
Todo ocurrió de forma rápida y, de acuerdo con los testigos, confusa. María Corina Machado se despedía de los manifestantes tras un encendido discurso —un pronunciamiento directo y breve— cuando motorizados no identificados se cruzaron en su camino. Hubo detonaciones que asustaron a los presentes.
En medio del caos, la figura opositora quedó rodeada por fuerzas de seguridad que intentaban dispersar a la gente mediante gas lacrimógeno. La dirigencia de Vente Venezuela levantó la voz. Denunciaron la “violenta” acción oficialista y advirtieron que se había cortado todo canal de comunicación con Machado.
Por un lapso de tiempo, nadie sabía dónde se encontraba exactamente. El pánico se extendió, y muchos pensaron en la posibilidad de un escenario similar al que han atravesado otros dirigentes opositores en el pasado.
La respuesta de las autoridades
En el transcurso de la tarde, el gobierno de Maduro lanzó un escueto comunicado, sin detallar la identidad de los involucrados en los disparos ni aclarar las razones de la incursión contra la marcha. Su pronunciamiento oficial se limitó a señalar la existencia de una movilización no autorizada en áreas fundamentales de la ciudad, lo que habría derivado en el desalojo inmediato de los manifestantes.
Maduro, por su parte, no apareció en televisión para referirse al incidente. Se encontraba ultimando preparativos para la toma de posesión presidencial del día siguiente, instancia en la que tiene previsto ratificar su liderazgo. El silencio generó más incógnitas.
El retorno de Machado a la luz pública
El simple hecho de que María Corina Machado regresara a las calles marcó un punto de inflexión en el clima político. Su ausencia previa, que duró poco más de cuatro meses, había generado rumores de exilio o acuerdos bajo la mesa. Sin embargo, ella había prometido que volvería.
—Estamos, a partir de hoy, en una nueva fase— pronunció la dirigente entre aplausos y gritos de apoyo. Su declaración apuntaba a un escenario en el que, a pesar de los mecanismos de persecución, se vería un fortalecimiento del movimiento opositor.
Tras varios intentos por silenciar su voz, la líder se plantó en Caracas para reivindicar lo que consideran un fraude electoral. Afirmó que el corazón de la resistencia democrática palpitaba con fuerza en cada rincón del país. Con su discurso, buscó insuflar ánimo a quienes han sentido el peso de la crisis económica y de la incertidumbre política.
Cuatro meses de ausencia
Durante el periodo en que Machado se mantuvo invisible, crecieron especulaciones sobre su paradero. Algunos afirmaban que continuaba en el país, refugiada en casas particulares. Otros aventuraron la hipótesis de un exilio no anunciado. Nada de ello pudo confirmarse con datos precisos.
La dirigente rompió el silencio hace apenas unos días, cuando, en una rueda de prensa virtual, dijo que volvería para encabezar una jornada masiva de protesta. El objetivo consistía en reiterar la necesidad de reclamar el triunfo de González Urrutia y exhibir la fortaleza que aún conserva la oposición venezolana en ciertos bastiones.
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