Las circunstancias que envuelven a la Cybertruck han generado numerosas discusiones durante el primer semestre de 2025. Un modelo emblemático por su forma angulosa, que Tesla presentó con bombones y platos, quedó a la vista del público después de un incidente asombroso en Las Vegas. Continua y descubre cómo la explosión de la Cybertruck ha afectado las acciones de Tesla.
Un comienzo de año turbulento
El arranque de 2025 no fue amable con Tesla. La explosión de la Cybertruck frente al Trump International Hotel, en plena ciudad de Las Vegas, acaparó las portadas en un abrir y cerrar de ojos.
El chofer, un militar de 37 años llamado Matthew Livelsberger, optó por llenar el vehículo con bidones de gasolina y fuegos artificiales para generar un acto contundente, algo que él mismo definió como su forma de obligar a la sociedad a ver lo que elige pasar por alto.
Los reportes policiales indicaron que el suceso no buscaba atentar contra la vida de terceros. Sin embargo, las autoridades activaron protocolos de seguridad y descartaron un posible ataque terrorista, pese a la ubicación del suceso.
Livelsberger dejó notas en las que afirmaba que —en un país donde la atención recae en lo espectacular— necesitaba recurrir a un estallido público para subrayar sus preocupaciones. No existía, de acuerdo con el FBI, un motivo político de agresión hacia el presidente electo Donald Trump, cuya presencia se relacionaba más con la coincidencia geográfica del episodio.
De la polémica al pánico: la reacción en redes
La trama viralizó en redes sociales y la conversación pública se desdobló en dos vertientes. Por una parte, existieron usuarios que criticaron a Tesla, sosteniendo que la Cybertruck se había convertido en un emblema de exceso tecnológico sometido a comportamientos extremos.
Las autoridades regionales en Nevada abrieron un caso formal, aunque pronto se aclaró que el tema se limitaba a la actuación individual de Livelsberger. No obstante, la explosión adquirió dimensiones internacionales debido al impacto que siempre rodea a las innovaciones de Elon Musk.
El choque bursátil debido a la explosión de la Cybertruck
Cuando parecía que el humo de los medios de comunicación se asentaba, los focos se desplazaban hacia Wall Street. Apenas un día tras la explosión en Las Vegas, Tesla sufrió una disminución del 6.08% en el valor de sus acciones, un descenso que provocó que cada título se cotizara alrededor de los 379.28 dólares.
La pérdida no se quedó en ese solo día. En un lapso de cinco jornadas, el retroceso acumulado superó el 17.95%, afectando severamente la valoración total de la empresa. Se manejó la cifra de 78,839 millones de dólares que, literalmente, se esfumaron del capital invertido en esa semana fatal.
Aunque algunos pensaron que la diferencia no era tan significativa, el mercado respondió con una severidad que Tesla no había experimentado desde hace mucho. El episodio de Las Vegas sumó un matiz más oscuro a la narrativa.
Pese a que el evento se atribuyó a factores externos —es decir, el comportamiento del individuo involucrado—, el titular que aparecía en medios unía la palabra “explosión” con la Cybertruck. Esa asociación deterioró la imagen de la camioneta y provocó que algunos inversionistas optaran por cuestionar la conveniencia de insistir en un producto que necesita una presentación impecable.
Conclusiones que dibujan un futuro incierto
El panorama para Tesla, atravesado por la explosión de la Cybertruck y la decepcionante tendencia en los mercados, revela la naturaleza volátil de la firma más emblemática de la movilidad eléctrica.
La mezcla de factores —un suceso ampliamente cubierto por la prensa, una contracción en las entregas trimestrales y el crecimiento de rivales— obliga a la compañía a explorar un replanteamiento de prioridades. La dinámica global, cada día más competitiva, presiona a la compañía con récords históricos que muchos creían inquebrantables.
Algunos inversores veteranos tienden a proteger su capital cuando las compañías enfrentan crisis de confianza, y la volatilidad de Tesla en la bolsa es un indicio de que no todos se sienten tranquilos.
Ciertos accionistas minoritarios han expresado su incertidumbre y se preguntan si Musk enfocará recursos en otros proyectos, como su obsesión con los viajes espaciales o la inteligencia artificial. No sería la primera vez que se le critica por dispersar la atención en múltiples empresas simultáneamente.
Tal vez el año apenas inicie y queden varios capítulos por escribirse, aunque el estrépito vivido demuestra que una combinación desafortunada de hechos puede inclinar la balanza en el mercado bursátil y en la percepción del público.
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