Ciudad Victoria.- En las sombras de las aulas vacías de Tamaulipas, una crisis silenciosa se forja sobre el futuro de cientos de jóvenes estudiantes. No es solo el eco de las voces que faltan lo que resuena en los pasillos de los institutos de educación media superior y superior, sino también el grito silencioso de una batalla contra la adicción que, sorprendentemente, afecta con mayor fuerza a un sector inesperado: las mujeres jóvenes.
Nora Hilda de los Reyes Vázquez, como guardiana de la educación en su rol de titular de la Oficina de Enlace Educativo con la SEP en Tamaulipas, ha levantado la voz para señalar un fenómeno alarmante. De los 900 estudiantes que han dejado sus estudios en el último año, una proporción significativa lucha contra las cadenas de la adicción a la marihuana y la cocaína.
Lo inquietante, según De los Reyes Vázquez, es que este no es un problema que afecta de manera indiscriminada a la juventud tamaulipeca; son las mujeres las que ahora se encuentran en el epicentro de esta tormenta.
«El aumento de la adicción en las mujeres es lo preocupante», afirma con una mezcla de preocupación y determinación. Mientras que los hombres mantienen cifras constantes en cuanto a adicción, es el notable incremento en el número de mujeres jóvenes atrapadas en esta espiral lo que ha encendido las alarmas.
La deserción escolar, con sus múltiples facetas y causas, desde problemas socioeconómicos hasta la falta de apoyo y orientación, se convierte en el terreno fértil para que la adicción eche raíces. De los Reyes Vázquez no solo pinta un cuadro de la situación actual sino que también esboza un plan de acción. «Rescatar a los muchachos que desertaron de las aulas», esa es la misión que se ha impuesto, con un enfoque particular en aquellos que han caído en el abismo de la adicción.
Sin embargo, la funcionaria va más allá de simplemente identificar el problema. Hay un compromiso palpable por parte de los titulares de los Centros de Bachillerato Tecnológico industrial y de servicios (CBTis) y el Colegio de Bachilleres para no solo recuperar a estos jóvenes sino también elevar el nivel académico. Un promedio de aprovechamiento del 8.6 por ciento, aunque no desastroso, es visto como una oportunidad de mejora, un peldaño que subir en la escalera hacia la excelencia educativa.
Este llamado a la acción no es solo un grito en el vacío. Es un plan concreto para tender puentes de regreso a la educación y alejar a los jóvenes de las calles y de las sombras de la adicción. Con cada estudiante que regresa a las aulas, se renueva la esperanza no solo para el individuo sino para la comunidad en su conjunto.
La tarea es monumental, pero la determinación de figuras como Nora Hilda de los Reyes Vázquez brinda una luz de esperanza. Tamaulipas se enfrenta a un desafío que va más allá de los libros de texto y las pruebas estandarizadas: es una batalla por el futuro de sus jóvenes, especialmente sus jóvenes mujeres, y es una batalla que no tienen intención de perder.
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