Faltan pocos días para que concluyan las mini-campañas que tres tamaulipecos realizan en busca de ocupar una silla vacía en el Senado de la República.
La silla vacante que dejó primero Américo Villarreal Anaya para irse como candidato a gobernador de la entidad y que ocupó de manera temporal su suplente, Faustino López Vargas, pues falleció en un accidente carretero en Zacatecas.
Por la brevedad del tiempo de campaña, los candidatos han concentrado la mayor parte de su dinámica a los medios de comunicación electrónicos: Televisión, Radio y Redes Sociales.
Las acciones por territorio han sido pobres, de tal forma que no tendrán un impacto relevante.
Quien menos trabajo de campo realiza, es la abanderada del PAN, Imelda San Miguel Sánchez.
De tal forma que busca cubrir ese vacío con spots, aprovechando los espacios que la brindan los partidos PAN y PRD.
Cabe precisar que el PRI, aun cuando va en la alianza de la candidatura, no le cedió los espacios publicitarios de sus spots, mismo que ocupan con mensajes partidistas.
Por ello, en los mensajes en medios electrónicos en unos aparece vestida de azul (PAN) y en otros de amarillo (PRD).
El contenido de los mensajes, en particular el respaldado por el PAN, que parece cuestionar a los morenistas que les desplazaron en el Poder Ejecutivo Estatal, a pesar de la ironía, no responden a la realidad.
Cuestiona el slogan de MORENA, sobre No Robar, No Mentir y No Traicionar.
Cita más o menos así: » Pues que creen, si roban, si mienten, si traicionan, se traicionan entre ellos mismos. A esta campaña se están sumando los que no se dejan engañar».
Luego hace referencia que ha trabajado por el pueblo desde el Congreso Local, por lo que ahora van juntos por el Senado.
Ese contenido, de su primera parte, más bien retrata lo que ocurrió el gobierno panista de su amigo Francisco García Cabeza de Vaca.
Ese gobierno del Cambio, de Los Vientos de Cambio en Tamaulipas, ofreció no robar y se despachó con una cuchara más grande que las de los cuestionados priistas.
En cuanto sentó sus reales en el Poder Ejecutivo Estatal, traicionó a sus compañeros panistas que contendieron por la candidatura: Carlos Cantúrosas de Nuevo Laredo; Maki Ortíz de Reynosa; y Leticia Salazar, de Matamoros.
A Carlos y Leticia les abrió sendos procesos de investigación desde la Auditoría Superior del Congreso Local y luego por otros asuntos judiciales fabricados los mantuvo a raya.
A Maki Ortíz, que siguió en el ejercicio del poder municipal en Reynosa, la acosó, hostigó y persiguió, sin poder con ella, pues se refugió en el López-Obradorismo.
También miente Imelda cuando dice que ha trabajado por la comunidad desde el Congreso Local, pues centró su labor en la defensa a ultranza del gobernador, a quien defendió a capa y espada, atendiendo líneas del Ejecutivo, luego del desafuero que hizo la Cámara Federal de Diputados.
No existe, pues un trabajo serio, responsable y digno de la legisladora por Nuevo Laredo.
Y el intento por desacreditar al morenismo en Tamaulipas, no coincide con la percepción ciudadana, que tiene fresca en su memoria la mala administración panista.
El voto en contra del pasado 5 de junio, es la mejor evidencia del rechazo popular al Cabecismo-Trukismo, grupo panista al que pertenece la soñadora Imelda.
Difícil que de esa forma, pueda encontrar eco en el pueblo tamaulipeco.
Harto del Panismo-Cabecismo del muy reciente sexenio trágico.
Quizá le hubiese ido mejor a la Alianza PAN-PRI-PRD, si postula a un candidato de origen priista, que tienen mejor aceptación y hubiese quitado un poco de sufragios al morenismo.
Cartas como Ramiro Ramos Salinas de Nuevo Laredo; Edgar Melhem Salinas de Río Bravo; o Enrique Cárdenas del Avellano, de Victoria; u Oscar Luebbert Gutiérrez de Reynosa, hubieran cosechado más votos.
Incluso se corre el riesgo de que el candidato a Senador del PVEM, Manuel Muñoz Cano, otro reconocido ex priista, pueda ocupar el segundo sitio en la votación.
Parece que la marca MORENA, será suficiente para que aún con el candidato presentado, Ramón Gómez Leal, se lleve la victoria y reafirme el escaño para ese instituto político.
La silla vacía que dejó tras su lamentable accidente, Faustino López Vargas y que antes ocupó Américo Villarreal Anaya.
Por cierto que los spots de los otros candidatos, tampoco llaman a ser escuchados o vistos.
Por lo general, el televidente, aunque se los pasen en los horarios de los programas estelares, en cuanto éstos aparecen , cambian de canal en su pantalla.
Los de Ramón, son monótonos, nunca cuestionó a su cuñado el exgobernador, a lo más que llegó es a señalar que no regresen «los otros», además de colgarse de la imagen de «ya sabes quién y del Doctor».
El que tuvo oportunidad de corregir fue Manuel, quien empezó pésimo, pues se mostraba inseguro y con voz pastosa.
Luego mejoró un poco y finalmente, tuvo el acierto de cuestionar «el cochinero dejado por Los Vientos de Cambio» y el llamado a que no regresen «Los Malos». Además de rodearse de jóvenes y mostrarse sonriente y seguro.
Ninguno de los spots de los tres candidatos logra convencer del todo. Son muy genéricos, superficiales y sin compromisos tangibles.
La votación será raquítica, el próximo 19 de febrero.
El ganador lo hará casi por «default».
Muy pobre la competencia.
Y en general débiles los candidatos.
Se impondrá la marca de moda y el desgaste de los adversarios.
Que tenga usted buen domingo e inicio de semana, apreciado lector.
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