Cd. Victoria, Tamaulipas.- En febrero del 2019, como diputado local por el PAN, Joaquín “La Quinita” Hernández Correa solicitó establecer como el “Día del Caballo” cada 22 de abril. La prensa se burló de él y el tema se fue a la congeladora
No así las iniciativas del Día del Pescador, Día del Deportista y otros “días” que el cabecismo consideró “declarar”.
Nada del Día del Periodista que, de facto, sin acuerdos legislativos ni decretos, presuntamente se festeja el 4 de enero y que nadie expresa motivos convincentes.
Al contrario, el prianismo como sistema, entre julio y agosto del 2013 –gobierno de Egidio Torre Cantú-, mandaron por un tubo iniciativas que beneficiarían a los comunicadores: Ley de Derechos Mínimos para del Ejercicio del Periodismo, del Instituto Estatal de Periodistas y Ley del Secreto Profesional.
Nadie se ocupó de resaltar la tarea de los periodistas. En 2019 echaron abajo la vieja Ley de Imprenta de 1925, en lugar de crear una nueva, actualizada.
No hubo voluntad política para proteger a los comunicadores y facilitarles el ejercicio. El cabecismo fue el creador del bautizado “corral de la ignominia” (ofensa grave que sufre el honor o la dignidad de una persona), en que los periodisas eran “encerrados” para que no “molestaran” a funcionarios.
El panismo persiguió a voces críticas –pero responsables-, de tal forma que algunas plumas tuvieron que alejarse de su tierra. Otros hicieron uso de la “autocensura” para proteger su integridad física.
Cundieron la intimidación y las amenazas. Sobre los más encaminaron auditorías fiscales aun cuando mantenían actualizados sus pagos hacendarios.
Siempre funestos, en lugar de prevenir y proteger, en marzo del 2022 el PAN subió iniciativa para crear el delito de “periodicidio”, tipificado como el asesinado de un periodista, algo que acaba de tumbar Morena en el legislativo.
El Congreso local tiene facultades, lo mismo que el ejecutivo a través de decreto administrativo, para rendir homenaje al ejercicio de las profesiones. Se desentendieron. Los últimos dos gobiernos estatales virtualmente estuvieron divorciados de la prensa.
De gobiernos represores para con los medios se recuerda el de Manuel Cavazos Lerma, que encarceló a la editora Ninfa Deandar Martínez, de Nuevo Laredo.
Pues bien, después de las “noche triste” panista, el gobierno de Américo Villarreal ha iniciado una nueva relación con los medios. La oportunidad fue este cuatro de enero, sea o no oficialmente el Día del Periodista.
El y su Jefe de Prensa, Francisco Cuéllar, compartieron el pan y la sal y expresaron las seguridades de que, en el presente gobierno, el oficio podrá realizarse en un entorno de garantías y en total libertad, en condiciones de respeto, tolerancia y sin persecusión ni riesgo.
“Bienvenido el periodismo crítico, comprometido con la verdad y la libertad”, dijo Cuéllar Cardona ante los comunicadores.
Si alguien sabe del oficio-profesión es él. Toda una vida dedicada al periodismo y que, frente al panismo intolerante, en el sexenio se vio en la necesidad de emigrar hacia otras regiones.
Después de Manuel Montiel –Américo Villarreal Guerra y Tomás Yarrignton Ruvalcaba-, es el auténtico periodista que llega a la alta responsabilidad de la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno.
Es el primer acercamiento con los medios –ciudad Victoria- y marca lo que serán las relaciones durante el sexenio: Crítica con ética sin caer en los excesos.
La diferencia comenzó desde el uno de octubre. Quedaron eliminados los “corrales” para periodistas y se establecieron las conferencias de prensa (formales), y hasta las “banqueteras” al arribar el ejecutivo a sus labores a Palacio de Gobierno.
En lugar de obstrucciones, los periodistas recuperaron su libertad para realizar tareas informativas en cualquier evento oficial.
¿Periodistas asesinados? Los hay en cada sexenio y, por lo general, la autoridad nunca da con los responsables como son los casos de Antonio de la Cruz y Antonio González, por mencionar los más recientes en ciudad Victoria en la era panista.
Ya que andamos con los azules, han emprendido una campaña de desprestigio y linchamiento en contra del candidato de Morena a la senaduría, José Ramón Gómez Leal, queriéndolo relacionar precisamente con su pariente político Cabeza de Vaca (cuñado).
Le quieren adjudicar “acuerdos en lo oscurito” y obedecer consignas del refugiado en los Estados Unidos, cuando la lealtad del ex Delegado de Programas Federales a la 4T está demostrada. Quieren descarrilar un irreversible triunfo guinda.
JR era el mejor precandidato, conoce cada uno de los 1,200 ejidos de Tamaulipas. La encuesta previa lo benefició. Fue el segundo en el sondeo para alcanzar la candidatura al gobierno, que le ganó Américo Villarreal. Es el único que efectivamente hace campaña por todos los municipios.
Por lo pronto Gómez tiene asegurado el tirunfo. La reelección dentro de año y medio es otra cosa y, la sucesión del 2027 está a años luz. De aquí a entonces pueden pasar muchas cosas.
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