Termina este sábado 31 de diciembre de 2022 un año más en el calendario de la vida de quienes transitamos en el mundo terrenal.
Un año difícil, el primero postpandemia del Coronavirus (COVID-19), pandemia que no superamos del todo y amenaza con tomar fuerza de nuevo.
Un año que siguió cobrando algunas vidas por esa enfermedad y que aceleró muchas muertes más de pacientes con enfermedades crónico degenerativas.
Un año complicado por la lenta recuperación económica luego de la inacción y crisis de la propia pandemia, dejando en el camino a decenas, cientos o miles de empresas pequeñas, medianas y algunas grandes, que se traducen en pérdidas de empleos y de bienestar de muchas familias.
Un año en que la inseguridad, la violencia, la injusticia y la impunidad continuaron lastimando a la sociedad victorense, tamaulipeca y mexicana, convirtiéndose en otro obstáculo en la recuperación económica y la paz social.
Un año de desencuentros políticos entre un gobierno panista de Tamaulipas corrupto y soberbio que se fue el 30 de septiembre y un gobierno federal morenista tramposo, caprichoso y frontal morenista, cuyas confrontaciones dañaron a los tamaulipecos.
Pero también el año de la segunda alternancia en el Poder Ejecutivo Estatal de Tamaulipas, pues el 5 de junio la sociedad a través de las urnas dijo NO al PAN de Francisco García Cabeza de Vaca, que no respondió a la confianza y expectativas en seis años de mal gobierno, donde campeó la corrupción, persecución política, atropellos judiciales e ineficacia gubernamental.
Un año de esperanza por el aterrizaje de un nuevo equipo en el Poder Ejecutivo Estatal, que preside el victorense Américo Villarreal Anaya y que al igual que su antecesor, generó grandes expectativas para una administración eficiente y sana que contribuye con inteligencia a la rectoría del desarrollo de Tamaulipas.
Un año de crisis hídrica para la mayor parte del país y especial para las regiones centro y norte de Tamaulipas, que puso a prueba la entereza de los agricultores de los Distritos 025 y 026 Bajo Rio Bravo y Bajo Río San Juan, pero también la de las autoridades estatales para probar el nivel de compromiso con el pueblo y sus sectores productivos.
Un año rudo con los productores de limón italiano en la zona centro de Tamaulipas, porque el precio se desplomó al grado de que no les convenía ni siquiera su recolección, porque no recuperaban ni el pago de los piscadores.
Un año de desencanto para los victorenses, que no han encontrado en el inquilino del Palacio Municipal del 17 Hidalgo, al administrador eficiente y al gestor incansable ante las instancias superiores, para que Ciudad Victoria recupere la dignidad de CAPITAL DE TAMAULIPAS.
Un año de miles de baches abiertos, al grado de que ya tienen hijos y nietos;; de cientos y cientos de fugas en el sistema de agua potable y de cientos de toneladas de basura que no se recogen a tiempo y que demeritan la calidad de vida de los victorenses.
Un año, de contrastes. De crisis y de esperanza.
Un año en que las crisis han sido las mejores lecciones de que cuando se toca fondo se deben buscar otras opciones, de luchar por convertir las crisis en oportunidades, aunque sea lejos del terruño.
Un año de lecciones duras, pero un año más de vida, que ya es una gran victoria, debido a la ola de problemas que debimos enfrentar y superar.
Las experiencias acumuladas en este año, sino duda, serán el soporte para contribuir a tener mejores resultados en el año siguiente.
Quizá la mejor lección que nos deja el 2022, es la lección de la elección.
Cuando un gobierno no sirve, hay que mandarlo al carajo sin titubeos, por más presiones que se den para inducir el voto.
Creo esa fue la mejor victoria de los tamaulipecos del 2022. No doblarse ni rajarse ante las presiones laborales, amenazas judiciales y persecuciones.
Habrá que medir con la misma vara a los actuales gobernantes, para que hagan un mejor y verdadero trabajo en beneficio de la sociedad. Y que no se quede en meros slogans publicitarios.
Buen fin de año 2022.
Y un próspero año 2023, pleno de salud, amor, paz, armonía y unidad familiar.
No se suelte de la mano de Dios, quien es el proveedor de la fortaleza que usted y su familia requieren para salir adelante de la mejor forma.
Abrazo con afecto en reconocimiento a sus luchas del 2022.
Y otro abrazo de buenos deseos para un venturoso 2023.
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